El cultivo de cannabis ya no es sólo un pasatiempo. Hoy en día, el cultivo de cannabis se ha convertido en una ciencia agrícola y en un negocio. A lo largo de las últimas décadas, a medida que el cultivo de cannabis se ha ido legalizando en diferentes estados de EE.UU., los cultivadores no han dejado de buscar las mejores formas posibles de producir plantas sanas. El objetivo es saber cuál es la forma más eficiente de producir el producto. 

Recientemente, el cultivo vertical ha empezado a llamar la atención de los cultivadores comerciales. Tanto los operadores de pequeña escala como los de gran escala luchan por equilibrar tres cosas cuando producen cannabis: 

  • Cuestiones de espacio 
  • Cuestiones energéticas 
  • Cuestiones de dinero 

En muchos casos, el enfoque de la agricultura vertical puede ayudar a minimizar estos problemas para los operadores. Sin embargo, ninguna gran idea está exenta de inconvenientes. El cultivo vertical suele tener un mayor coste de puesta en marcha, el control del entorno de cultivo puede ser más difícil y se necesitan expertos con grandes conocimientos para garantizar que las plantas se desarrollen correctamente en estas condiciones únicas. 

Si es nuevo en el concepto de cultivo vertical, el principio simple es maximizar los metros cuadrados haciendo que las plantas crezcan en estanterías apiladas o incluso en las paredes. Esto permite tener más plantas por metro cuadrado y, además, da a los cultivadores la posibilidad de establecer métodos de cultivo hidropónicos, aeropónicos o sin suelo más ingeniosos.

A largo plazo, el crecimiento vertical es una inversión positiva para las empresas que buscan aumentar la eficiencia y ampliar las métricas de producción. 

Por qué las cuestiones de espacio, energía y dinero mejoran con la agricultura vertical

Como ya se ha mencionado, casi todas las empresas de cultivo de cannabis se enfrentan a problemas de espacio disponible, consumo de energía y gastos generales. Estos tres problemas suelen frenar a los operadores de cannabis a la hora de dar el "siguiente paso" dentro del sector. Numerosos cultivadores comerciales han cambiado a una estrategia de cultivo vertical y sus resultados de primera mano han demostrado que la única forma de avanzar es hacia arriba. 

Espacio de cultivo limitado 

Quizá el mayor problema al que se enfrentan los cultivadores es la falta de espacio. Sólo se puede cultivar lo que cabe en la habitación. La mayor parte de la demanda de cannabis procede de las zonas urbanas, donde los alquileres son más altos y el espacio es limitado. Esto significa que comprar o alquilar un almacén tras otro para aumentar el rendimiento de las plantas no es la opción más realista. 

El cultivo vertical permite a las empresas duplicar, triplicar o incluso cuadruplicar inmediatamente sus cifras de rendimiento simplemente cambiando la disposición ergonómica de su plantación. Es importante señalar aquí que existen dos formas de cultivo vertical: el vertical apilado y el verdaderamente vertical. 

El cultivo vertical apilado consiste en estantes móviles que tienen diferentes niveles de estanterías que sostienen las plantas. De este modo, las plantas siguen creciendo en horizontal, pero ocupan mucho menos espacio en el suelo. El verdadero cultivo vertical es un sistema en el que las plantas de cannabis crecen hacia fuera desde una columna o pared vertical, y también reduce en gran medida la cantidad de espacio utilizado en el suelo. 

La introducción de cualquiera de los dos métodos permite a las empresas aumentar rápidamente los metros cuadrados de la nave de producción y utilizar de forma más eficiente su limitado espacio de suelo. 

Energía cara e inconsistente 

No es ningún secreto que las plantas de cannabis requieren unas condiciones ambientales muy específicas para prosperar. Conseguir y mantener la temperatura, la humedad, el déficit de presión de vapor, la intensidad y el espectro de la iluminación, la aireación y las condiciones de riego adecuados es fundamental para producir plantas utilizables. Cuando las plantas de cannabis se instalan en una estrategia de cultivo no vertical, a menudo se desperdicia mucha energía. 

La distancia entre la fuente de luz y la planta perjudica su crecimiento. Las luces de sodio de alta presión (HPS) se calientan, pueden ser caras a largo plazo cuando se sustituyen las bombillas y son incapaces de producir una fuente de luz uniforme para las plantas. Esto hace que sean una opción energética ineficaz que hay que arreglar añadiendo más HVAC para acomodar el calor que generan las lámparas.

En el cultivo vertical, las luces LED pueden sustituir a las HPS. Los LED pueden instalarse justo al lado o encima de las plantas y proporcionan una fuente de luz consistente y uniforme para cada planta. Además, el cultivo vertical facilita la segmentación de las plantas, lo que permite un mayor control del riego, el flujo de aire y la temperatura. Con una estrategia vertical, los cultivadores notan una mayor gestión de sus plantas y una forma más eficiente de ofrecer las condiciones adecuadas. 

Techos financieros 

El cannabis no es un producto barato de cultivar. Muchos operadores tienen grandes planes pero necesitan un enfoque gradual para alcanzarlos debido a las restricciones de financiación. El cambio al cultivo vertical puede ayudar a acelerar el desarrollo de su negocio al proporcionar un mayor rendimiento, un gasto más eficiente y una mayor rentabilidad final. Si el crecimiento de su negocio no se ajusta a su línea de tiempo actual, cambiar a un plan de crecimiento vertical podría ser el factor decisivo que ayude a elevar su proceso de cultivo al siguiente nivel. Si lo planificas desde el principio, es fácil añadir niveles adicionales en fases posteriores de tu ciclo de negocio, lo que te permite crecer realmente en tu espacio a medida que tu negocio crece.

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