Como una de las respuestas a la creciente escasez de alimentos, la agricultura vertical ha tomado por asalto la industria agrícola, pero las preguntas clave sobre su rentabilidad a menudo impiden a los cultivadores hacer el cambio. Aunque no se pueden negar los elevados costes de iniciar y dirigir una operación de cultivo vertical, al final es un enfoque de la agricultura más sostenible desde el punto de vista económico y medioambiental.

Los costes de una instalación vertical

Las operaciones de agricultura vertical son conocidas por sus costes iniciales. Desde las estanterías verticales y el control climático hasta la propia instalación, las inversiones iniciales pueden llegar a costar hasta 50 millones de dólares.

Una vez que el negocio está en marcha, los cultivadores tienen que hacer frente a importantes costes operativos. En particular, la iluminación representa una parte importante del gasto del cultivador, debido a la gran cantidad de luz necesaria para que un cultivo vertical de interior sea productivo.

A pesar de los costes, la agricultura vertical sigue creciendo en el mundo agrícola gracias a su rentabilidad. Esto no quiere decir que la industria no haya visto su parte justa de operaciones de cultivo vertical fallidas, pero con paciencia y una planificación adecuada, los agricultores verticales pueden ver un rendimiento significativo de sus inversiones.

Cómo la agricultura vertical puede ayudarle a crecer

Menos agua

En comparación con las prácticas agrícolas convencionales, la agricultura vertical consume entre un 70% y un 95% menos de agua. Esto permite a los agricultores no sólo reducir sus gastos de agua, sino también minimizar su huella medioambiental, una de las muchas razones por las que seguiremos viendo la expansión de la agricultura vertical en todo el mundo.

Menos pesticidas

Otra ventaja para los cultivadores (y el medio ambiente) es la posibilidad de cultivar sin utilizar pesticidas. Mientras las instalaciones de cultivo permanezcan limpias y herméticamente cerradas, los cultivadores no necesitan invertir en soluciones nocivas para el control de plagas y, como resultado, pueden reducir los costes mientras cultivan plantas más sanas y protegen los ecosistemas locales.

Menores costes de transporte

Cada cultivo se desarrolla en un clima diferente, lo que significa que los productores que utilizan métodos de cultivo tradicionales pueden tener que enviar su producto a través de países e incluso continentes para llegar a sus consumidores. La agricultura vertical ofrece una oportunidad única de cultivar cerca de los mercados objetivo y reducir los elevados costes de transporte asociados a la agricultura al aire libre.

Mayor coherencia

Una de las mayores ventajas naturales de la agricultura vertical es que proporciona a los agricultores un rendimiento más constante de sus cultivos. Mientras que los agricultores exteriores pueden ahorrar en ciertos gastos, como la iluminación, sus cultivos están sujetos a las cambiantes condiciones meteorológicas. Los cultivadores verticales tienen un control casi total de su explotación, lo que les permite obtener rendimientos más altos y constantes que no dependen de la estación o el clima.

Más automatización, más eficiencia

Los cultivos verticales de interior permiten adaptar casi todos los aspectos del cultivo, desde las longitudes de onda de la luz hasta la fuerza del flujo de aire y todo lo demás. Esto suele significar que se necesita más mano de obra para mantener una instalación en funcionamiento, pero el cultivo vertical se presta bien a la automatización. La introducción del control automatizado del agua, el clima y la iluminación son sólo algunas de las formas en que los cultivadores están reduciendo los costes de mano de obra y racionalizando su funcionamiento.

Optimización del espacio

Si hay algo por lo que es conocido el cultivo vertical es por su capacidad para maximizar el espacio de cultivo. A diferencia de las configuraciones de un solo nivel, las estanterías verticales aprovechan el volumen de un cuarto de cultivo, lo que significa que se obtiene más productividad en un área más pequeña. Es más, cuando llegue el momento de ampliar el espacio, puedes simplemente expandirlo hacia arriba en lugar de tener que financiar y operar un nuevo espacio de cultivo.

Entonces, ¿es rentable la agricultura vertical?

La respuesta corta es sí, cuando se hace bien. Los gastos de puesta en marcha y funcionamiento pueden ser mayores que los de los métodos de cultivo tradicionales, pero las granjas verticales de interior suelen ser mucho más productivas. Si planifican y gestionan su instalación vertical de forma eficaz, los cultivadores también pueden aprovechar otras ventajas de reducción de costes que el cultivo exterior y de un solo nivel no pueden ofrecer.

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